La vitamina D y la visión


Vitamina D y la VisionEn el último número del Journal of Optometry los autores Stuart P. Richer, Joseph J. Pizzimenti, publican un artículo sobre la importancia de la vitamina D en la alimentación, del cual aquí extraeremos algunas ideas principales.

Hasta el momento cuando consultábamos la página de “vitamina D council” (http://www.vitamindcouncil.org) encontrábamos una amplia lista de patologías en las que se relaciona con la vitamina D, sin que ninguna de ellas sea una patología propiamente dicha del globo ocular, aunque sí de manera indirecta, como ya se verá a lo largo de este trabajo.

Para comenzar debemos recordar que la vitamina D es liposoluble y que interviene en la absorción del calcio y el fósforo, por lo que es muy importante en la formación de los huesos y de los dientes.

La vitamina D se puede obtener de varias formas, la más frecuente, en la que se piensa de manera inmediata, es mediante la ingesta de los alimentos ricos esta sustancia como son leche, quesos, huevos (se encuentra en la yema), tanto en la mantequilla como en la margarina, así como en los algunos pescados. Pero a través de los alimentos no se suele lograr la cantidad suficiente por lo que se debe recurrir a las 2 principales maneras:

  • Producida por nuestro organismo cuando se expone la piel a los rayos ultravioletas (UV) emitidos por el sol (estará afectada por nuestra pigmentació) Se recomiendan cortos y frecuentes periodos de tiempo, pero es importante recordar que el sol esta desaconsejado por muchos especialistas en sujetos con DMAE.
  • Suplementos alimenticios

LA vitamina D se asocia con muchas patologías como son las enfermedades cardiovasculares, inflamatorias y neoplásicas o la diabetes, esclerosis múltiples, muchas de estas patologías tienen manifestaciones oculares, por lo que su déficit afecta a la salud ocular: Seguidamente veremos los últimos estudios revisados y publicados por la J. Optometry.

Algunas teorías relacionan el déficit de Vitamina D con la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). En 2007 se estableció un estudio que sugería que la vitamina D protegía de la DMA, en tal estudio se concluyó que protegía a las DMAE en estadíos tempranos que en los tardíos: los niveles de vitamina D se asociaban de manera inversamente proporcional con el estadio de la DMAE por lo que los investigadores concluyeron que el logro de tales beneficios se logro gracias al efecto antiinflamatorio de la vitamina D.

Un posterior estudio realizado en 1313 mujeres postmenopausia con DMAE en fase inicial, tras un estudio multifactorial se observo que las mujeres de menos de 75 años que tomaban vitamina D en la comida o en suplemento experimentaban una mejoría en su patología.

Otro estudio de la Universidad de Nueva York con mujeres entre 50 y 79 años demostró que el consumo levemente mayor que lo indicado de vitamina D de alimentos y de suplementos, se asocia con una disminución del 59% en el riesgo de desarrollar DMAE temprana, en comparación con los consumos inferiores de las dosis recomendadas.
Estos mimos autores indicaron que las mejores fuentes de obtención de vitamina D para las mujeres en este rango de edad son el pescado, la margarina fortificada, la leche y los cereales fortificados.

Seddon y sus colaboradores evaluaron a gemelos monozigoticos y vieron los distintos efectos que puede tener la alimentación en ellos. Partiendo de sujetos con pequeñas drusas la alimentación tenía diferentes efectos sobre ellos. Así que en el avance de la DMAE además de los factores alimenticios y ambientales influye el factor genéticos.

También existen estudios en individuos jóvenes con Diabetes Tipo I, se observó que un déficit de vitamina D se vinculaba con un incremento de la prevalencia de la retinopatía.

Ello fue confirmado con otro trabajo en el que se analizaban 221 sujetos con distintos tipos de diabetes y se concluyó que los suplementos alimenticios de vitamina D en paciente con esta patología podían prevenir o incluso mejora la retinopatía diabética 

También se ha encontrado que los paciente miopes la concentración de vitamina D en sangre es menor que en los no miopes, por lo que se podría establecer consejos alimenticios en función de ello.

Con todo ello podemos concluir la importancia de una buena alimentación para mantener nuestra salud ocular.

Vanesa Blazquez
D.O.O.

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