La mayoría de pacientes con glaucoma conduce a pesar de tener el campo visual limitado


Atropellos a peatones y colisiones por adelantamiento o giro son las principales consecuencias de conducir con glaucoma

La Fundación Rementería realizará revisiones gratuitas a los conductores profesionales

Glaucoma y Conducción (Semana Mundial del Glaucoma 2013)Madrid, 8 de marzo de 2013. La mayoría de los pacientes con glaucoma cree que pueden conducir sin limitaciones a pesar de tener un campo visual reducido que les hace tener más riesgo de accidentes y atropellos a peatones. Así lo refleja un estudio realizado por la Fundación Rementería con motivo de la Semana Mundial del Glaucoma, en la que ofrecerán revisiones gratuitas de la visión a los conductores profesionales que lo soliciten a través del siguiente formulario de su web. En esta campaña, en la que colabora la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares, se pretende así concienciar sobre los riesgos que supone el glaucoma en la conducción y la necesidad del diagnóstico temprano.

Los resultados del estudio de la Fundación Rementería reflejan que dos tercios de los pacientes creen que ven bien, pero un tercio de ellos asegura mirar mucho por los espejos retrovisores para poder ayudarse en la conducción, el mismo porcentaje que reconoce que le cuesta adaptarse a los cambios de iluminación al entrar en un túnel.

El glaucoma afecta a más de un millón de españoles, aunque se calcula que la mitad está sin diagnosticar. «El glaucoma no afecta a la visión central, por lo que muchos pacientes no son conscientes del riesgo que supone para ellos y para los demás el hecho de no ver por los lados», explica la doctora Beatriz Puerto, especialista en glaucoma de la Fundación Rementería. «Uno de los mayores peligros de accidente en los conductores con glaucoma son los giros y los adelantamientos de otros vehículos, ya que no perciben la aproximación lateral a menos que estén mirando todo el tiempo por el retrovisor», explica. Los vehículos de dos ruedas (motos, bicis, ciclomotores) «son especialmente vulnerables», añade.

Peligro para peatones

Los peatones también tienen especial riesgo al cruzarse frente a un conductor con glaucoma «ya que no se percibe su aproximación desde la acera, lo ven cuando ya está delante», advierte la doctora Puerto. En 2011 los atropellos a peatones ocasionaron algo más de 10.000 víctimas, según la Dirección General de Tráfico (DGT), de las cuales 367 perdieron la vida y más de 1.800 resultaron heridas de carácter grave. El 90% tuvieron lugar de día y con condiciones atmosféricas favorables.

La DGT señala al glaucoma como uno de los factores más influyentes en el campo de visión y destaca que, en condiciones atmosféricas adversas, como lluvia o niebla, esta disminución de la capacidad visual supone un alto riesgo para la conducción. «Una persona con glaucoma puede, sin saberlo, tener un mayor riesgo de accidentes al volante», afirma el doctor José Manuel Benítez del Castillo, catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense de Madrid. Este especialista recomienda a las personas con limitaciones en el campo visual que acudan al oftalmólogo para ser diagnosticados y saber si deben dejar de conducir. Los actuales test psicotécnicos para el permiso de conducir no miden el campo visual, por lo que, como advierte el doctor Benítez del Castillo, «una persona con glaucoma puede ser calificada como apta para conducir aunque sólo vea como a través de una cerradura».

Julio Calle Sánchez Hermosilla, presidente de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares, apela a la «responsabilidad» de los pacientes para dejar de conducir cuando empiecen a ver reducido su campo visual.

Un estudio publicado en la revista BMC Opthalmology del mes de Febrero revela que el glaucoma y la pérdida de campo de visión que origina «están asociados a una mayor probabilidad de dejar de conducir y una mayor limitación de la conducción en personas mayores».

El glaucoma es irreversible pero el objetivo del tratamiento es «evitar su progresión», destaca la doctora Puerto. Para ello se utilizan medicamentos tópicos (colirios) y cirugía para reducir la presión intraocular, su principal causa.

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