La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la principal causa de ceguera de los países desarrollados en mayores de 65 años. El envejecimiento retiniano y la DMAE forman parte de un deterioro continuo en el que la transición entre el envejecimiento y enfermedad se manifiesta por la pérdida de visión.
Debido al envejecimiento de la población hoy en día esta patología es la primera causa de ceguera en personas mayores, especialmente, en los países desarrollados. Los pacientes ven seriamente afectada su autonomía y su calidad de vida, lo que convierte a la DMAE en un problema de salud de primer orden en nuestro medio.
Factores de Riesgo de DMAE
Existen múltiples factores de riesgo que contribuyen a la génesis de la enfermedad, entre los que se encuentran factores constitucionales y ambientales.
Factores de riesgo constitucionales de la DMAE
Dentro de los factores constitucionales, los factores genéticos tienen una implicación importante en el desarrollo de la enfermedad(1). Se ha estudiado la implicación del gen ABCR, responsable de la enfermedad de Stargart, así como el gen de la apolipoproteína E (Apo-E), este último caso puede modificar el metabolismo de los lípidos afectando a los depósitos lipídicos de la membrana de Bruch, la formación de drusas y el progreso hacia la forma exudativa de la enfermedad.
También se ha observado que entre las distintas razas hay una menor prevalencia en la raza negra, esto podría deberse a que la melanina ejerciera un efecto protector sobre el epitelio pigmentario de la retina (EPR)(2),(3). Estudios publicados por Kawasaki (2010)(4) concluyen que los asiáticos, presentan el misma probabilidad de padecer la patología que los caucásicos.
Entre los factores constitucionales se ha observado que el sexo femenino puede constituir un factor de riesgo de la DMAE(3), existen varias teorías que lo justifican mientras que unos expertos dicen que se deben a factores genéticos y hormonales otros comentan que se relaciona con la mayor esperanza de vida de las mujeres y un último grupo establece una relación entre la mayor prevalencia que presentan las mujeres de enfermedades inmunológicas lo cual puede estar relacionado con la aparición de la DMAE(5).
Las enfermedades cardiovasculares así como factores de riesgo vascular también pueden estar implicadas en el desarrollo de la DMAE. Esto puede ser consecuencia de la arterioesclerosis de los pequeños vasos que nutren la retina, de la misma forma que ocurre en las coronarias y en el corazón(2;3).
Por último, dentro de los factores constitucionales se ha postulado que los ojos claros presentarían una mayor predisposición al riesgo de desarrollar DMAE, debido a que la melanina ocular sería un factor protector frente a los radicales libres al disminuir la absorción lumínica en los fotorreceptores(7).
Los hipermétropes tienen mayor tendencia a padecer neovascularizaciones y desprendimientos del epitelio pigmentario, estos últimos hallazgos están relacionados con una menor longitud axial que compromete el flujo sanguíneo (8).
Factores de riesgo ambientales de la DMAE
Entre los factores ambientales el tabaquismo constituye uno de los factores de riesgo más importantes en el desarrollo de la DMAE, debido a que el tabaco disminuye la concentración de antioxidantes, altera el flujo sanguíneo coroideo así como el metabolismo del EPR(2),(3). El consumo de alcohol no parece constituir un factor importante en el desarrollo de esta alteración, ya que incluso el consumo moderado de vino tinto parece ejercer un efecto protector debido a los antioxidantes que tiene esta bebida(9).
Una dieta rica en antioxidantes parece que ejerce un efecto protector frente a la DMAE, dentro de los cuales los beneficiosos para esta enfermedad serían: vitaminas liposolubles E, C, A, los carotenos, xantofilas, oligoelementos, así como la vitamina B6, el ácido fólico y el glutatión(5),(10).
El consumo excesivo de grasas se ha considerado un posible factor de riesgo asociado a la DMAE, sin embargo los ácidos grasos monoinsaturados y los poliinsaturados presentes en el pescado podrían ejercer un efecto protector. Una dieta rica en grasas saturadas provoca un incremento de casi 3 veces en el riesgo de padecer esta patología(11).
Algunos autores consideraban que la presencia de colesterol por encima de los niveles considerados normales (hipercolesterolemia), es un factor de riesgo(12), pero recientes estudios no han logrado evidencias claras que relacionen el colesterol y la DMAE(11).
La radiación solar ha sido considerada como un factor de riesgo para la DMAE. La cirugía del cristalino también constituye un factor de riesgo, observándose que los pacientes afáquicos y pseudofáquicos tienen una mayor incidencia de signos precoces de DMAE. Esto podría ser consecuencia de la falta de protección del cristalino ya que este actúa como un filtro ante la luz UV(2).
Bibliografia:
(1) Gorin MB et al The genetics of age-related macular degeneration. Molecular Vision 1999;5(29).
(2) Hawkins BS B et al. Epidemiology of Age-Related Macular Degeneration. Molecular Vision 1999;5(26).
(3) Serrano P, .En: Gómez-Ulla F. Epidemiología de la generación macular asociada a la edad y ceguera en la vejez. La Mácula Senil. Barcelona: EDIKA-MED. ed. 1993. p. 57-71.
(4) Ryo Kawasaki et al. The Prevalence of Age-Related Macular Degeneration in Asians:A Systematic Review and Meta-Analysis,» . Ophthalmology 2010;117(5):921-7.
(5) Retinaplus+. Informe sobre la ceguera en España 2014.
(6) Christopher G Owenet al. The estimated prevalence and incidence of late stage age related macular degeneration in the UK. Br J Ophthalmol 2012;96:752-6.
(7) Mitchell P et al. Iris color, skin sun sensitivity and age-related maculopathy. Ophthalmology 1998;105:1359-63.
(8) L.Arias Barquet. Epidemiologia, etiopatogenia y factores de riesgo de la DMAE. JANO 2003;LXIV:7-13.
(9) Obisesan TO et al. Moderate consumption is asociated with decreased odds of developing age-related macular degeneration in NHANES-1. J Am Geriartr Soc 1998;46:1-7.
(10) Winkler BS et al. Oxidative damage and age-related macular degeneration. Molecular Vision 1999;5(31).
(11) Johanna M.Seddon. Genetic and Environmental Underpinnings to Age-Related Ocular Diseases. IOVS 2013;54(14).
fuente: DMAE y Población 2020
Virginia Carrillo Ramos
Vanesa Blázquez Sánchez
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